Las bandas de ransomware se están volviendo cada vez más sofisticadas, no solo en lo que respecta a sus modelos de negocio, sino que ahora se presentan como entidades corporativas al mismo tiempo en que extorsionan a otras empresas: buscan ser aceptadas como organizaciones legítimas y están empezando a operar como tales, colaborando con socios, ofreciendo asistencia 24/7 a sus clientes y sus representantes obtienen puntuaciones de acuerdo a la calidad de sus servicios.

Ahora, en lugar de SaaS, IaaS o PaaS, está surgiendo el RaaS: Ransomware como Servicio. En la dark web ahora se ofrecen plataformas e infraestructuras a cambio de una cuota o una asociación en donde los hackers se comparten las ganancias.

En vista de este grave problema, en Estados Unidos el ransomware ahora tiene un nivel de prioridad similar al terrorismo. Incluso, hay una oferta de 10 millones de dólares a cambio de cualquier pista que ayude a encontrar a los delincuentes.

Por otro lado, las bandas con iniciativa empresarial terminan por convertirse en cárteles al asociarse con otras organizaciones afines. ¿Su propósito? Ampliar el alcance, aumentar los ingresos, eliminar a la competencia o intimidar a las empresas afectadas por ransomware.